"The only true couturier among us”

Cristóbal Balenciaga por Gyenes

Expertos en desconocer nuestro patrimonio y en despreciar nuestros logros, entre otras irónicas virtudes, los españoles solemos demostrar mayor estima a todo aquello que proceda allende nuestras fronteras. Curiosamente, ésto es algo que sucede con la mayor parte de las áreas (a excepción del fútbol). 

Hay países que enaltecen a sus genios y héroes nacionales, por escasos que sean, por encima de cualquier otro que se precie del extranjero, sin dejar que la fama mundial de éstos anule la valía de los suyos, orgullosos de sus paisanos que aportaron algo al mundo, ya fuere en el arte, la música o la gastronomía.  Sin embargo, ¿quién sabe de Rafael Zabaleta? ¿quién conoce a Juan Crisóstomo Arriaga? Me gustaría pensar que es tal la cantidad de grandes nombres españoles los que se han hecho notar a lo largo de la historia, que es imposible hacer honores justos a cada uno de ellos como mereciere. Pero lamentablemente, pasan desapercibidos sin pena ni gloria para muchos de nosotros. 

La moda española es una de tantas otras repudiadas en nuestro país. Los creadores de "El Cine Español Es Una Bazofia" se encargaron de producir y dirigir "Es Imposible Hablar De Alta Costura En España". Desconocedores (por no decir ignorantes) obviaron demasiados nombres, entre ellos el de 
Cristóbal Balenciaga. 


De padre pescador y madre costurera, Cristóbal siempre escuchó con más atención la llamada de la aguja que la del mar. Desde niño su sueño no fue otro que el de ser un modisto de renombre que atendiera los anhelos de las mujeres aristocráticas, como la glamourosa Marquesa Casa Torres que pasaba los veranos en su pueblo. Cristóbal apenas tenía 13 años cuando llegaron a oídos de la Marquesa sus ansias por ser modisto. Conmovida por su entrega y sus anhelos, propuso un reto al muchacho: Le hizo entrega de una tela  y uno de sus mejores trajes con el fin de que hiciera una copia exacta que demostrara sus dotes para la costura. Y así lo hizo. 


Maravillada ante el don de aquel muchacho, la Marquesa de Casa Torres (madre de la que sería futura reina Fabiola de Bélgica) se convirtió en mecenas de Cristóbal.  Impulsó su carrera de manera decisiva en el mundo de la moda, financió su primer viaje a París en 1912 y respaldó todos los proyectos del joven artista de la aguja. Su primer escaparate vio la luz en 1916 en San Sebastián, un taller de costura y sastrería donde comenzaron a hacerse realidad los sueños de aquel joven vasco. 

El apellido "Balenciaga" ya daba de qué hablar a principios de la década de los 30, y se dejaba ver en las reuniones de las altas esferas como sinónimo de elegancia. De San Sebastián a Madrid, de Madrid a Barcelona. Por entonces no sólo había cumplido su deseo de vestir a las aristócratas, sino que también había vestido a la mismísima
Familia Real Española. 


La Guerra Civil se llevó a Balenciaga a París. Allí, desde su atelier de la Avenida George V, Balenciaga se codeó con los grandes de la época como Chanel y Christian Dior. Profeta o genio, ya en 1939 se adelantó con sus diseños al "New Look" que propuso Dior en el 47. 

No sólo fue un gran diseñador, Balenciaga también demostró ser un gran sastre. Confeccionaba con la misma habilidad que abocetaba sus diseños, algo que muy pocos se molestaban en aprender. "Es el único de nosotros que es realmente un verdadero costurero", dijo de él Coco Chanel. Era capaz de montar un vestido con un paño de tela, sin apenas cortes ni costuras, en poquísimo tiempo. Muchos de los grandes diseñadores se han limitado (y se limitan) a garabatear en un papel aquello que visualizan. No quiero decir con esto que lo considere tarea fácil ni de poco mérito, pero creo que los grandes diseñadores no sólo han de limitar sus dominios al papel ni a un par de alfileres. Al menos en el caso de que quieran ser considerados como "grandes" dentro del mundo de la moda.
Balenciaga sin duda lo fue. 




Entre sus clientas estuvieron Grace Kelly, Greta Garbo y Marlene Dietrich, quién aseguró que el modisto español conocía a la perfección sus medidas y jamás tuvo que retocar ninguno de sus encargos. Perfeccionista hasta el extremo, era capaz de deshacer un vestido por completo con tal de emendar cualquier error por mínimo que pareciera. 

Tejidos pesados engalanados con lentejuelas, encajes hechos a mano y piedras engarzadas, volúmenes de ensueño, hombros caídos, mangas japonesas y un coqueteo con lo oriental inevitable en él. Balenciaga propinó a sus obras elegancia en cada detalle, envolvió a la mujer en verdaderas obras de arte.

Sin embargo, sus diferencias y riñas con la Chambre Syndicale de la Haute Couture hicieron que a partir de mediados de la década de los 50 sus diseños no fueran considerados (en sentido legal) de alta costura. Para el sindicato, a pesar de haber pasado 50 años de servicio a la moda, de haber vestido a las más altas esferas, de haber diseñado y confeccionado verdaderas obras de arte, y preferir retirarse antes que rendirse al prêt-à-porter... Balenciaga "jamás" creó alta costura. 





Su retirada en 1968, su negativa a democratizar su firma, una gestión que quizá no fuera la más adecuada para mantener el nombre Balenciaga en el podium de las grandes maisons después de su muerte, y una tardía incorporación al prêt-á-porter, hicieron que la firma haya quedado relegada principalmente a bolsos, zapatos y perfumería. A todo menos a lo que realmente hizo brillar el nombre de Balenciaga: La alta costura. Aunque, quizás los de la Chambre Syndicale de la Haute Couture tuvieran razón. Quizás Cristóbal Balenciaga no hizo alta costura. Quizás Cristóbal Balenciaga hizo 
mucho más que simple alta costura.


Comentarios

  1. Buah!!!que preciosos los vestidos de este hombre, yo creo que ya no hay tantísima elegancia como antes, verdad?de los actuales para mí Elie Saab se mantiene en ese punto elegante sin estridencias, epro este hombre que vestidos diseñaba por dios, la foto de Irving Penn de Dovima es donde aparece uno de mis vestidos favoritos, me parece preciosa la zona del escote!!. Me ha gustado leerte no conocía mucho su historia,
    besines

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    1. Los escotes son una auténtica maravilla. Balenciaga daba muchísimo protagonismo a la nuca, al parecer es considerada una de las partes más eróticas en la cultura oriental. Es una pena que no haya sabido mantenerse su buen hacer como diseñador de alta costura en la firma, su don se fue con él. Ay, ay, ay... ¡Elie Saab es increíble! Tienes razón, es quizás una de las pocas firmas que se sabe mantener en la elegancia. Me alegra muchísimo que te haya gustado, querida.

      Saludos de Una Pin Up Frustrada,
      Helena Drive

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