Spring inspiration: Gene Tierney

Aunque aún no nos atrevamos de deshacernos de la bufanda por si las moscas, oficialmente ya es primavera. Los días soleados están a la vuelta de la esquina... ¡y no nos pueden pillar desprevenidas! En este post os quiero presentar a una maravillosa fuente de inspiración, llueva o haga sol:
La bellísima y siempre radiante

Gene Tierney

Días de solecito y frío a la sombra, 

de jerseys y rebecas de manga corta, hombreras justas para levantar y definir un poco los hombros, cuellos redondos... Y estampados clásicos, como éste bicolor de pata de gallo. 

Cuando los días realmente soleados se presenten,

vestidos de cuello cerrado, tímidos detalles y estampados florales, colores claros, guantes blancos, una buena cartera en mano... ¡Y un sombrero para completar el look de las más atrevidas!

En cuanto al maquillaje:

- Ojos discretos, sombras nude y perladas, iluminando bien el arco de la ceja y el lagrimal. 

El eyeliner pasa a ser secundario en los ojos, ya que se le da todo el protagonismo a las pestañas. Nada de máscara en las pestañas inferiores ni de lápiz blanco en la línea de agua.

- Bases que pasen desapercibidas (buena opción las cremas BB y las bases en mousse) 

Un leve toquecito de polvos de sol, colorete melocotón en las mejillas.

- En cuanto a los labios (siempre bien perfilados), tonos coral o rojo. 

Si eres de las que prefiere el mate, prueba a dar un leve toque de brillo en la mitad del labio inferior y extenderlo un poco con ayuda del dedo. Le darás volumen y un aspecto jugoso a tus labios.

Insisto en los guantes blancos (soy peor que el Conejo de Alicia en el País de las Maravillas)
¡Me parecen tan sumamente elegantes...!

Por último el pelo... 

Ondas sueltas o recogido, ¡elige la opción que más te guste!

Últimamente le estoy cogiendo gusto a los recogidos, me resultan más cómodos de llevar y quedan de maravilla. ¿El inconveniente? Obviamente llevan algo más de tiempo ante el espejo y, por consiguiente, la desgracia de tener que adelantar un poco el despertador... ¡Qué remedio!